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¿QUIÉNES SOMOS?


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Somos una institución sin fines de lucro, perteneciente a la Congregación Religiosa “Pequeña Obra de la Divina Providencia”, fundada por el santo de la Caridad San Luis Orione. Acogemos en Chile, desde hace más 50 años, a los más frágiles y vulnerables de nuestra sociedad, es decir a las personas con discapacidad intelectual severa y profunda, mayoritariamente abandonadas. Trabajamos en su rehabilitación e integración, además de ofrecerles un hogar digno donde permanecen hasta el día de su muerte. Estamos presentes en cuatro sedes localizadas en Santiago, Rancagua, Quintero y Los Ángeles, donde atendemos de manera integral a más de 600 niños, niñas, jóvenes, adultos y adultos mayores.


MISION





Buscamos entregar a niños, niñas, jóvenes y adultos con discapacidad intelectual severa y profunda, en situación de abandono, la mejor calidad de vida posible, para que puedan alcanzar su máximo desarrollo, en un grato entorno espiritual, social y familiar. Este trabajo es realizado por acción conjunta de todos los miembros de la Obra, sean profesionales, auxiliares, personal de apoyo, familiares, benefactores, voluntarios y amigos de esta gran Familia.

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VISION


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Queremos ser reconocidos por nuestro particular carisma y con este contribuir a nuestra sociedad chilena, concientizando sobre el respeto a los derechos y dignidad de los niños, niñas, jóvenes y adultos con discapacidad intelectual; y su adecuada inclusión en ella. También queremos ser faro de civilización e instrumento para acercar a la sociedad actual y hacerla más humana, completa y fraterna día a día.


NUESTRA HISTORIA


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Durante la época de la primera guerra mundial, la Divina Providencia dirigía por el camino de la caridad de Cristo los pasos del sacerdote Luis Orione, que por aquel entonces, con la bendición del Papa y de los Obispos, trabajaba con su humilde congregación en la educación cristiana y social de la juventud más pobre y necesitada. Por el año 1915, moría la condesa italiana Teresa Agazzini, dejando a Don Orione su casa para que hiciese en ella un asilo de caridad para ancianos pobres.




A partir de esta casa, Don Orione inicia un nuevo campo de apostolado de caridad, para alivio de pobres y enfermos de toda clase, según el modelo de la gran obra de Turín, fundada por San José Benito Cottolengo. Casi sin darse cuenta, Don Orione fue abriendo una tras otra casas de caridad, que la gente no tardó en llamarlas “Pequeño Cottolengo” asociándolas a la magnífica obra del santo. Así, los Pequeño Cottolengo se propagaron por toda Italia y por el extranjero, llegando incluso a nuestro país. La Pequeña Obra de la Divina Providencia hoy está presente en más de treinta países.

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En palabras del mismo Don Orione, es “moderna en sus hombres y en sus métodos, toda y sólo consagrada al bien del pueblo y confiada en la Divina Providencia”. Cerca de 660 personas de diferentes edades con discapacidades múltiples de distinta gravedad y en su mayoría carentes de familia.


NUESTRA ORGANIZACIÓN


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